El Tren, el Pueblo, y la cocaina.

Trenxtraño *

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 *Dicese de la acción de extrañar viajar en el tren.

Es bien sabido que soy de esas personas que le viven metiendo un dedo en el orto ano, y que cuando optan por dejar de hacerlo, mi cola más que de preguntas se llena de melancolía.
Quizás porque esos cambios de rutina a los que uno se termina acostumbrando, lo sufre cuando ya no los tiene (algo similar a la vida del canario, quien encerrado en su jaula ansia eternamente la libertad, y cuando la consigue se queja de que se le llueve el nido, o lo picotean las palomas).
Trabajando cerca de la casa, uno gana en varios aspectos, no más piquetes, no mas trenes varados, no mas hamburguesas hipercalóricas de Constitución, no mas “tenes un careta amigo”........
Sin embargo........ (hoy desperté con la imperiosa necesidad de escribir puntos seguidos)
Mi ida y vuelta al trabajo, se ha vuelto más rutinaria, pedante, y austera que nunca, enciendo un cigarrillo, camino un par de cuadras, esquivo las mismas caras de siempre y ya estoy en la puerta de casa.

Aun recuerdo esas tardes, cuando trabajaba en pleno centro porteño y el ida y vuelta en colectivo, tren y subte, arrojaban anécdotas por doquier, pues cuando uno llegaba a su hogar, y la mujer/madre/abuela/prostituta en cautiverio encadenada al marco de la cama  le preguntaba como le había ido en el trabajo uno se despachaba con multitud de  relatos: “Me robaron”, “Me uní a la CCC (Corriente Clasista y Combativa), y quemamos un vagón” “El que vende mentitas en el tren le pego un arrebato, al viejo deformado que vende pan casero”, “Subió un borracho en temperley y amenazo a los gritos a quien ostente mirarlo” “La barra brava de Independiente baleo el vagón en el que yo iba sentado” “Una vieja con aire sindicalista se tiro a las vías del tren, y la sacaban con una pala””Uno de los linyeras de Retiro me toco el pene...y se me paro”

Se sin embargo que esto que ahora extraño, si lo tuviera que volver hacer me estaría quejando todo el día, del que me pone regueton a todo lo que da en el tren, de la vieja que te empuja ferozmente para ganar un asiento, de la embarazada que te obligo moralmente a entregarle el asiento, del forro que se te queda dormido en tu hombro, del aliento del que vende chipa, del que te pungueo la gorra por la ventanilla, del pibe que te pide monedas, del sidoso que habla a los gritos pidiendo ayuda....
Sin embargo viajar diariamente en el Roca (trayecto Korn-Constitución) junto a la plebe a sido una experiencia sumamente positiva y gratificante, que espero se vuelva a repetir, eso si que no sea cuando tenga cincuenta años pues creo que no lo soportaría y lo mas probable es que cuando llegue a casa y mi mujer me pregunte como me fue el día empiece a golpearla.
En fin....
Moraleja: No hay poronga que me venga bien, como a Flavia Palmiero.

Dejo foto trensitica y fuertes saludos a todos aquellos que siguen viajando en tren junto al pueblo y Perón, el chipa, los cds truchos y la Quilmes en lata y no se dejaron aburguesar por la comodidad de las combies ilegales que se meten en Capital.

Foto del pueblo dirigiéndose a sus actividades diarias.

(Trabajo en negro, protestas sociales, robos y secuestros.)

 de izq a der:

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